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JUNTOS O SEPARADOS, ¡SEGUIMOS SIENDO PADRES!

La separación en una pareja es una decisión muy difícil y delicada, que a menudo hace que se postergue, pese mantenerse unidos, sea contraproducente para cada una de las partes. Separarse es doloroso ya que supone un gran cambio: establecer nuevas rutinas, deshabituarse a la presencia y apoyo del otro, convivir con la soledad, despedirse del proyecto vital en conjunto y dibujar otro nuevo. Además, frecuentemente, se han de gestionar conflictos con la persona que tanto has querido y que, seguramente, aún amas. Pero, ¿qué ocurre cuando hay hijos entre medio?

 Pues, cuando hay hijos entre medio, la toma de decisión se complica aún más y puede ser un factor bloqueador basado en la idea de que es mejor preservar el núcleo familiar que exponer a tus propios hijos a una situación tan angustiosa. Entendemos que si esto ocurre, estamos basando la decisión en la sobreprotección más que en una protección real por el bienestar de nuestros hijos. Estamos evitando que se expongan a corto plazo a una situación desagradable, en cuanto a largo plazo pueda ser más beneficioso para todos y muy probablemente el momento presente tampoco les es reconfortante. Las criaturas se dan cuenta de lo que ocurre en sus hogares, palpan la tensión, si no es que escuchan y presencian discusiones y gritos, sufren -cada uno de manera diferente- si sus padres sufren. No es una decisión fácil, y por eso siempre recomendamos que se valore cuál es la calidad óptima que como padres les puede ofrecer.

Sea estando juntos o separados, no hay que olvidar que no sois exclusivamente pareja, sino que sois padres. Esto implica que estando separados -y, a pesar de las dificultades que todo esto comportase debe velar para establecer una buena comunicación y así tratar los temas más relevantes ante su educación. Tenéis que intentar establecer los criterios que regirán el crecimiento de vuestros hijos. Hablar de los límites, preocupaciones, de las dificultades, los problemas detectados en ellos, de cómo los afrontareis. Esto no significa que tengáis que hacerlo de manera idéntica, pues cada uno tendrá su propi estilo, pero sí que los hijos reciban un mensaje claro y uniforme. Procurar, por su bienestar, dejar los conflictos post-conyugales en un segundo plano y facilitar su desarrollo velando el respeto mutuo de vuestros hijos hacia cada uno de vosotros. Ellos tratarán de conseguir cosas diferentes, pero la visión que deben tener es que sois un EQUIPO DE PADRES, a pesar de las desavenencias que como pareja tuvisteis.

Si en este periodo de adaptación, pensáis que necesitáis la ayuda de profesionales que permitan mediar, analizar y ayudarles a ustedes y a sus hijos, en habilidades comunicativas más asertivas o de afrontamiento en cómo hacer de “equipo de padres” durante la separación, ¡a Kairós los encontrarás!

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